El colectivo de motoristas ha recibido la noticia con satisfacción, porque llevan años pidiendo la legalización de los intercomunicadores para usarlos en la moto. No entendían por qué no se permitía llevar auriculares, pero sí tapones para los oídos; se preguntaban por qué se puede llevar la música a todo volumen en el coche, pero no altavoces en los cascos y no concebían que los intercomunicadores se utilicen oficialmente en los exámenes prácticos de moto y, sin embargo, luego no se puedan usar en el día a día.
Todas estas polémicas están a punto de caducar ya que la DGT ha reconocido que estos dispositivos se encuentran más cerca a la legalidad que de la ilegalidad y, por eso, urge su normalización. Además, fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) aseguran que no hay nadie que se oponga a su regularización. Y esperan que los vaivenes políticos actuales no afecten a su legalización.
Javier Villalba, jefe de la unidad de normativa de DGT, ha reconocido al diario Moncloa, la complejidad de la situación y asegura que Tráfico ya quiso legalizarlos en el reglamento en el año 2014. Pero dicha legalización formaba parte de un paquete de medidas y reformas viales que se vio interrumpido por las elecciones. Ahora, la intención del director de la DGT, Pere Navarro, es normalizar el uso de estos aparatos disponibles en todas las tiendas de motos tan pronto como le sea posible.
El vacío legal que hay hasta ahora ha provocado que algunos agentes de policía hayan sancionado a quienes los utilizaban durante la conducción y, en consecuencia, la indignación de diversas asociaciones de moteros y las críticas de este colectivo contra Tráfico no han cesado. Consideran que se trata de altavoces, no de auriculares ni cascos que te aíslan del ruido exterior.
Y, aunque reconocen que es competencia del agente el decidir si se está cometiendo una infracción, no comparten que el argumento sea el uso de Bluetooth (necesario para que el intercomunicador se conecte directamente con el móvil) porque no es posible que el agente sepa si se está usando en el momento de la “detención”. Estas diferencias de criterio, verbalizada por los “infractores” en las redes sociales a través de vídeos, abundan en la necesidad imperiosa de regular el uso de estos aparatos y su venta de forma legal.
Las tiendas de motos, que en la actualidad ya dispensan estos dispositivos, podrán empezar a venderlos sin necesidad de pasar más filtros para ser homologados a partir de la próxima primavera. Tan solo deben cumplir las especificaciones técnicas necesarias. Entre los más demandados están los modelos Lenin LXFT4, Sena 10S y el Cardo Freecom4 y, en general, todos ellos suelen permitir la conexión entre 2 y 4 comunicadores adicionales, algunos incluso pueden llegar hasta 15. Todo dependerá de la marca, el modelo y por supuesto, del precio.
A la hora de adquirirlos, también hay que tener en cuenta la durabilidad de energía y se recomienda que no sea inferior a 10 horas de autonomía. También, hay que tener en cuenta el alcance que permita entre varios intercomunicadores, lo mínimo recomendado es a partir de 800 metros de distancia para poder comunicarnos con otros conductores de motos.
La DGT dará un paso más con la aprobación del intercomunicador en su carrera por velar por la seguridad vial de motocicletas. Su “Plan de medidas especiales para 2019-2020” contempla cualquier avance para reducir el número de muertes en carretera, y el nuevo plan para ITV del año que viene, se une ahora el uso responsable de estos gadgets puede ser uno más. Y, de cumplirse lo anunciado, los moteros españoles podrán viajar tranquilos, manteniendo conversaciones.
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