Aunque todavía no es legal usarlos para sancionar por exceso de velocidad, el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ya utiliza drones para gestionar el tráfico y detectar otro tipo de infracciones. Se trata de una transición que se adapta a las nuevas tecnologías y que ya arrancó en la campaña estival de 2020, con la incorporación de 11 drones de la DGT. El año siguiente, en verano de 2021, se distribuyeron en España un total de 39 drones para perseguir conductas temerarias y monitorizar tramos conflictivos.
Además del uso de este tipo de drones, la Dirección General de Tráfico ya ha implementado otros avances que suponen una revolución en la vigilancia y control de las carreteras. Uno de ellos es el uso de los veloláser: estos dispositivos son radares cinemómetros portátiles que utilizan ondas láser para medir la velocidad de los vehículos. A diferencia de otros radares móviles, los veloláser son inalámbricos y muy sencillos de montar, por lo que pueden estar operativos en menos de un minuto. Se utilizan a través de una aplicación instalada en un dispositivo móvil u ordenador portátil y su reducido tamaño no requiere de vehículos grandes para su transporte.
La IA es otra de las tecnologías que se suman a la vigilancia de las carreteras en favor de la seguridad vial. La DGT es consciente de ello y va a incorporar dispositivos como los radares inteligentes capaces de detectar infracciones hasta en seis carriles al mismo tiempo, para vías de alta ocupación. Es un sistema que ya se usa en Reino Unido con excelentes resultados. Disponen de cámaras de videovigilancia alimentadas por energía solar que monitorizan el tráfico, miden la velocidad, detectan si un conductor está hablando por el móvil o si los ocupantes de un vehículo llevan el cinturón puesto. Los radares equipados con IA también cruzarán información con la base de datos de la DGT para detectar, por ejemplo, qué vehículos circulan sin la ITV favorable.
Esta herramienta de videovigilancia podría cuadruplicar el número de denuncias obtenidas mediante radares fijos o móviles, ya que identifica infracciones que los sistemas anteriores no eran capaces de detectar.
También se basa en la IA el “inspector autónomo de carreteras”, un dispositivo que ya se está utilizando en algunas localidades para capturar deficiencias en el estado de las vías o de las señales de tráfico. Este dispositivo funciona mediante unos sensores instalados en un vehículo que realiza un recorrido a velocidad normal y registra cualquier deficiencia. Además de ser más rápido y preciso que el método tradicional de inspección, este sistema evita los riesgos derivados de la presencia de operarios en la calzada.
Ya se barajan otros proyectos que, con el potencial de la Inteligencia Artificial y otras tecnologías avanzadas, ayudarán a reducir la siniestralidad en las carreteras españolas y de toda la UE. Una de estas iniciativas, también adoptada por la DGT y actualmente en fase de pruebas, es la instalación de cámaras que vigilan intersecciones con señal de Stop. Cuando un vehículo no se detiene, el dispositivo graba la escena y la envía al Centro de Tratamiento de Denuncias, donde se verifica la infracción y se impone la correspondiente sanción.
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