El 46% de los coches vendidos en Europa en 2021 fueron SUV, lo que confirma una tendencia que viene consolidándose desde hace ya varios años. Entre los principales motivos que argumentan los compradores sobre la preferencia por este tipo de vehículo están la posición de conducción elevada, lo que aporta una mayor visibilidad; el acceso al habitáculo, más cómodo sobre todo para personas de edad avanzada; más espacio, tanto de carga como en el habitáculo y una mayor, aunque no justificada, sensación de seguridad frente a vehículos más bajos.

Entre las desventajas de los SUV frente a sus equivalentes SEDAN, WAGON o HATCHBACK, encontramos un precio superior, peor aerodinámica y más peso, lo que implica mayor consumo y, por consiguiente, más emisiones. 

Estas reflexiones responden a lo que entraría dentro del terreno de la compra racional, donde el usuario sopesa pros y contras antes de elegir el modelo que más se adapta a sus necesidades. Pero el mercado de coches de lujo se mueve por la compra emocional y rara vez interviene la razón. Es el caso del nuevo lanzamiento de Ferrari, un SUV con un precio de partida de 390.000 euros. Se trata del Purosangue, el primer modelo de esta categoría que comercializa la marca italiana para competir con otras firmas “premium” que han apostado por carrocerías todocamino, como el Jaguar I-Pace, el Aston Martin DBX, el Bentley Bentayga, el Lamborghini Urus, el Porsche Cayenne GT Turbo o el Rolls-Royce Cullinan. Con todo, las propuestas de estas marcas van desde los 82 a los 280 mil euros, bastante por debajo del Purosangue. 

La firma del Cavallino Rampante ha elegido para su debut en este segmento un motor V12 atmosférico de 6.5 litros que aporta al Purosangue una potencia de 725CV. Como cabe esperar de un motor de esas características, las prestaciones van en consonancia con una aceleración de cero a cien en 3,3 segundos y una velocidad máxima de 310 km/h.

En cuanto al diseño exterior, el SUV de Ferrari se inspira en el modelo Roma, tanto por su línea estilizada como por los grupos ópticos delanteros y traseros. Cuenta con unas voluminosas llantas de 22 y 23 pulgadas, de cinco radios, que obligan a muscular la carrocería con unos pasos de rueda muy pronunciados. Las puertas traseras son de apertura invertida. La altura de la carrocería es de tan solo 1,589 m., muy baja para un SUV, lo que refuerza el espíritu deportivo de la marca con más énfasis que sus competidores. De hecho, durante la presentación a la prensa mundial celebrada en Maranello, los responsables de la marca con el CEO de Ferrari, Benedetto Vigna, a la cabeza, apenas pronunciaron la palabra SUV y cuando lo hicieron no fue para referirse al Purosangue, al que describieron como un deportivo en toda regla. Eso sí, se trata del primer Ferrari 4 puertas de la historia.

Mide 4,973 m. de longitud y en el habitáculo encontramos 4 asientos deportivos independientes. El puesto de conducción recuerda al instante que estamos en el interior de un Ferrari, con su característico dial Manettino en el volante de tres radios. Dispone de un cuadro de instrumentos digital, un climatizador ubicado en el centro de la consola y una pantalla de infoentretenimiento en el lado del copiloto. Además, por supuesto, cuenta con todos los elementos propios de la marca, destinados al rendimiento del vehículo. Los acabados, con molduras de fibra de carbono, cuero y un gran techo panorámico, cumplen con las expectativas del comprador más exigente.

A propósito de los potenciales usuarios de este modelo, el director comercial y de marketing Enrico Galliera, declaraba: “Ha habido una gran petición de que hiciéramos un coche así por parte de los clientes, pero siempre conectándolo con la tradición de la marca”.

Los conductores que circulan por las calles de Madrid llevan varios meses viendo este tipo de señalización en algunas calzadas de la capital, pero muchos de ellos todavía no conocen su significado. Se trata de unas líneas discontinuas blancas y azules que delimitan determinadas zonas de aparcamiento regulado. Hace varios meses que el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha esta nueva ordenación en las zonas con más demanda de aparcamiento. Concretamente, las líneas azules y blancas se distribuyen por 26 barrios de 7 distritos de la siguiente manera: 132 en Chamberí, 91 en Tetuán, 85 en Arganzuela, 71 en Retiro, 50 en Salamanca, 47 en Chamartín y 15 en Fuencarral-El Pardo. Un total de 491 plazas a principios de 2022 y 1.130 previstas para toda la ciudad.

La duración máxima autorizada para estacionar en zona de aparcamiento de alta rotación es de 45 minutos y la tarificación especial para su uso es de 20 céntimos por cada 5 minutos. Esta nueva regulación forma parte de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental, conocida como Madrid 360, encaminada a cumplir con los objetivos de calidad del aire de la Unión Europea. El objetivo es reducir los niveles de óxidos de nitrógeno un 15% más que en el anterior plan anticontaminación.

Las zonas de estacionamiento de alta rotación identificadas en Madrid mediante las líneas azules y blancas son aquellas que, según los datos estadísticos recopilados por las autoridades municipales, tienen mayor afluencia de tráfico y una demanda de estacionamiento superior a la media. Con esta medida, el consistorio pretende disuadir a los ciudadanos del uso del automóvil privado en esas áreas y así reducir su impacto medioambiental.

A nivel europeo y más allá de la regulación del tráfico, el aparcamiento en superficie es objeto de debate desde el punto de vista del derecho al uso del espacio público por los propietarios de los vehículos aparcados frente al resto de ciudadanos, y también por las consecuencias de este tipo de estacionamiento en materia de seguridad vial. Por poner algunos ejemplos, el estacionamiento tanto regulado como no regulado es el causante del 25% de los accidentes de peatones y del 15% de los accidentes de ciclistas. La explicación a estas cifras la encontramos en la reducción de la visibilidad en determinados puntos como cruces, pasos de cebra, etc., donde hay vehículos estacionados. En cuanto al coste económico, cada plaza de aparcamiento en superficie le cuesta a la administración 220 euros al año, de los que el 45% repercute en la seguridad pública, el 27% en planificación, regulación y gestión y el 28% restante en construcción y mantenimiento. Para muchos ayuntamientos de la UE, medidas disuasorias como el estacionamiento regulado de alta rotación pueden ayudar a invertir la tendencia en cuanto a la densidad del tráfico en nuestras ciudades.

Sea o no de aparcamiento, si has recibido una multa y eres mutualista, recuerda que tienes a tu disposición el Servicio Integral de Multas para ayudarte desde el primer momento con tus sanciones de tráfico, comunicándote, asesorándote y recurriendo tus multas en vía administrativa, incluyendo las actuaciones ejecutivas con las máximas garantías legales.