Este sistema estaba previsto para 2024, pero su lanzamiento podría adelantarse al tercer trimestre de 2023.
España se sitúa en último lugar de los grandes países de la Unión Europea en inversión para el mantenimiento de las carreteras, con una partida de 22.489 euros por kilómetro cuadrado. Así lo asegura un reciente estudio de la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX). Según este mismo estudio, los puestos de cabeza los ocupan Reino Unido, Alemania y Francia con 108.141€, 49.229€ y 45.318€, respectivamente.
Para dedicar más recursos a este fin, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana liderado por Raquel Sánchez, ha programado un modelo de pago por uso con el que los usuarios de las autovías serían los encargados de sufragar el mantenimiento de las mismas. “No tiene sentido que haya este vacío y que el mantenimiento y conservación de la infraestructura se siga sufragando con los impuestos de todos los españoles, que tienen necesidades más urgentes”, declaraba al respecto el Secretario General de Infraestructuras, Sergio Vázquez, el pasado mes de octubre. Por su parte, la Secretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Isabel Pardo de Vera, ya adelantó la necesidad de cubrir el déficit en la conservación de la red de autovías mediante la implantación de un sistema de peajes.
Inicialmente, el objetivo del Gobierno de aplicar peajes en las vías rápidas de alta capacidad estaba previsto para 2024, pero ahora es muy posible que la medida se adelante y comience a aplicarse a partir del tercer trimestre de 2023 en forma de viñeta anual. Más adelante, en 2025, el formato pasaría a ser de pago por uso. El sistema de viñeta es similar al implementado en países como Austria o Suiza, y se basa en un pago único anual con el que se obtiene un adhesivo (viñeta) que colocado en el parabrisas del coche da derecho a circular por toda la red de autovías y autopistas. Se trata de una modalidad de tarifa plana controlada mediante cámaras que detectan si los vehículos llevan el distintivo. El pago por uso, en cambio, se asemeja al aplicado en Portugal y funciona mediante estaciones de peaje electrónico equipadas con lectores de matrículas. Una vez identificado el vehículo, el sistema emite un cobro automático cuyo importe irá en función de la vía, del tramo recorrido o del tipo de vehículo.
Éste último sistema es más equitativo y justo, puesto que paga más quien más utiliza las infraestructuras, mientras que en el sistema de viñeta, el pago se realiza independientemente de las veces que se circule por estas vías o de los kilómetros recorridos.
Se aplicaría en 2023 con un pago único anual para, después, crear un sistema de pago por uso, similar al existente en Portugal.
El importe de estos peajes todavía no se ha dado a conocer. Si nos fijamos en otros ejemplos europeos, la tarifa anual fija que se cobra en Hungría es de 130 euros al año, frente al cobro semanal de 3 euros en Rumanía. En Portugal, el importe de los peajes depende del tipo de vehículo y la distancia recorrida, y oscila entre los 6 y 9 euros por cada 100 kilómetros.
El caso es que el Gobierno español pretende destinar 1.371 millones de euros a la conservación de la red de carreteras según los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Se trata de la suma más alta jamás invertida para este fin y, aunque el peaje en autovías no es aplicable para ese período, ya refleja una clara intención del Ejecutivo actual de modernizar la red viaria española. El objetivo final de esta modernización, no solo en nuestro país sino en toda la UE, es alcanzar un nivel de seguridad y sostenibilidad en las carreteras revolucionario y no precisamente barato. Ejemplo de ello son iniciativas como la eHighway alemana, un tramo de vía con cables aéreos para la recarga de camiones eléctricos, cuya fase de pruebas finaliza en 2022.
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