El grupo formado por motociclistas, ciclistas y peatones, llamado colectivo vulnerable en carretera acumuló el 38% de los fallecidos en accidente de tráfico en 2021, es decir, 383 de las 1.004 personas que perdieron la vida en las carreteras españolas. De todos ellos, 110 fueron peatones.
Aunque las consecuencias de los atropellos son mucho más graves en vías interurbanas que en las poblaciones por la velocidad a la que circulan los vehículos, el número de accidentes de este tipo es mucho mayor en entorno urbano. En 2019, se produjeron en España más de 12.700 accidentes con peatones implicados. Las principales causas de este tipo de siniestro son la baja visibilidad, las distracciones tanto por parte de los conductores como de los transeúntes, fundamentalmente el móvil, el mal tiempo y la edad del peatón. Como dato sobre este último factor, el 66% de los peatones fallecidos entre 2010 y 2019 en vías urbanas tenían 65 años o más. Otra realidad que llama la atención es que muchos de estos accidentes mortales, alrededor del 15%, tienen lugar en los pasos de peatones.
La vulnerabilidad del peatón en la vía pública es una realidad indiscutible y los esfuerzos de los actores implicados en la seguridad vial por limitar ese riesgo se traducen en la mejora de la señalización, los avances tecnológicos y también en las sanciones contempladas. De todas las medidas que se van implementando, las innovaciones tecnológicas son probablemente las más efectivas. Algunos de los sistemas más novedosos van incorporados en las nuevas generaciones de vehículos, como los sistemas de alerta y frenado automático o los airbags para peatones. Otros, en cambio, se instalan en las infraestructuras para alertar de posibles peligros, como las señales que cambian de color por la noche, las plataformas vibratorias Aircross o el sistema StopLED. Se trata de medidas orientadas a minimizar los riesgos de atropello en un entorno en que los coches hacen cada vez menos ruido y muchos peatones caminan abstraídos con sus dispositivos móviles de cuanto les rodea.
Una de las últimas novedades que ya se puede ver en algunas poblaciones de nuestra geografía, es el paso de cebra inteligente. Diseñado para avisar a los conductores de la presencia de un peatón en puntos de baja visibilidad, este sistema cuenta con sensores que detectan la presencia de una persona que se dispone a cruzar y activa un conjunto de luces LED de alta intensidad en la calzada, además de otras señalizaciones verticales.
Con esta solución se cubren eventualidades muy frecuentes que dificultan la visibilidad en los pasos de peatones, como calles con escaso alumbrado, franjas de pintura reflectante desgastada por falta de mantenimiento, aceras arboladas que ocultan a la persona que va a cruzar, etc. Además, al activarse únicamente si los sensores detectan la proximidad de una persona, además de ahorrarse luz, el conductor tiene la certeza de que si el paso está iluminado hay alguien cruzando o a punto de cruzar.
Una de las empresas que instala estas infraestructuras en España es Stepvial, que destaca desde su página web la eficacia de “un sistema inteligente que convierte una señalización horizontal pasiva (pintura reflectante) en activa”. Por otro lado, se trata de un equipamiento que cumple con los requisitos de iluminación, resistencia y adherencia impuestos por la normativa de la DGT.
Pero las prestaciones de esta tecnología no se limitan a la seguridad vial. Al contar con un complejo sistema de sensores, los pasos de cebra inteligentes también son capaces de realizar mediciones de flujo de tráfico y personas en tiempo real con resultados útiles para la reorganización del tráfico.
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