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La seguridad en la conducción es una de las obsesiones de los fabricantes de coches. Por ello, los sistemas de seguridad cobran especial relevancia en las últimas innovaciones del sector, poniendo especial foco en los sistemas de frenado, que han vivido una amplia evolución en la última década.
Hoy en día este tipo de desarrollos, además de facilitar la duración y el cuidado del vehículo, son uno de los puntos más valorados tanto por cabezas de familia que buscan la protección de sus hijos como por los jóvenes, que cada vez están más concienciados con los peligros que entraña la conducción.
Tradicionalmente se asocia la frenada con los golpes frontales, pero desde hace tiempo los sistemas de frenado se instalan en todo el vehículo, especialmente en la parte trasera. Según un estudio realizado en EEUU que analizaba la conducción, se producen muchos accidentes circulando marcha atrás, y estos sistemas de detención automática junto a cámaras y sensores, reducen esta tasa de accidentes notablemente.
Hasta tal punto impacta el sistema automático de frenado trasero, que en países como EEUU a partir de este año será obligatorio contar con este sistema para poder circular por carretera. De este modo, se prevé reducir los accidentes urbanos con mobiliario como farolas, postes o columnas y lo más importante evitar atropellos a peatones. Una fuerte apuesta ya que, en el momento, solo el 5% de los vehículos del parque estadounidense integran este sistema.
En Europa no es obligatorio disponer del frenado trasero automático. De hecho, no se está comercializando todavía. A pesar de ello, en el viejo continente el estudio de estos sistemas es un hecho. Marcas como Mercedes Benz apuestan por la alerta de tráfico cruzado o trasero, un sistema que ejecuta una detención de emergencia automática ante objetos, coches que se aproximen e, incluso, personas que se encuentren en el rango de visión del vehículo.
El debate sobre la obligatoriedad o no del sistema está sobre la mesa. El estudio realizado sobre Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) en EEUU ha analizado la calidad de los sistemas de frenado, destacando los de vehículos como Subaru o GM. La apuesta sobre estos sistemas permitirá, reducir un gran número de colisiones por despistes de los conductores, que a día de hoy representan el 78% del total de colisiones, y que afectan tanto a la cuenta de resultados de las aseguradoras y a los bolsillos de los usuarios.
Los sistemas de frenado automático son solo un ejemplo del trabajo que el sector automovilístico está haciendo para favorecer la seguridad de los conductores. Nissan, con Brain to vehicle, ya apuesta por leer la mente del conductor para adelantarse a sus deseos y prevenir posibles accidentes debido al cansancio, o Seat que, con su modelo Seat León Cristóbal, permite controlar la velocidad máxima del vehículo o las zonas dónde circular, entre otros.
Puede que todavía el sistema de frenado automático no esté al alcance de todos los conductores, pero lo que debe tranquilizarles es que en un futuro próximo los choques tan habituales en parkings, con bolardos o, incluso con otros vehículo o peatones, formarán parte del pasado.