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Según un estudio desarrollado por el Parlamento Europeo, estos sistemas de seguridad podrían evitar hasta 25.000 muertes y más de 145.000 heridos graves por accidente de tráfico en Europa en los próximos 18 años. El conjunto de medidas se recoge en un programa bautizado como “Visión Cero”, con el que se busca que nadie muera en la carretera dentro de la Unión Europea a partir de 2050.
Está programado que la primera fase de las tres contempladas en el plan comience en mayo de 2022 y finalice en mayo de 2024. Esta etapa obligará a que todos los vehículos se fabriquen con nuevas estructuras que impidan graves daños en los choques traseros y laterales. Además, también tendrán que incorporar de serie un sistema de control de cambio de carril y cámara de visión trasera con alerta de tráfico cruzado.
A estos avances tecnológicos se suman otros conocidos ya por los conductores como el detector de fatiga, que avisa cuando existen síntomas de distracción o somnolencia, o más innovadores, como el alcoholímetro inmovilizador. Este dispositivo impedirá que el coche arranque cuando el conductor presente restos de alcohol en sangre.
Pero el más polémico de los anunciados hasta el momento es el Asistente de Velocidad Inteligente (ISA) con lectura de señales. Según el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte, el ISA “es un sistema que conecta el Control de Crucero Adaptativo con el Sistema de Reconocimiento de Señales por medio de un software, controlando su posición en la vía en relación con el límite de velocidad que rige cada tramo”. Se trata de una tecnología que ayuda a los conductores a respetar siempre esos límites transmitiéndole la información e interactuando con el vehículo, pues no solo avisa, sino que adecúa automáticamente la velocidad al límite establecido.
En principio, este sistema se podrá utilizar de manera voluntaria, como el Control de Crucero, pero en un futuro puede que sea también obligatorio. Sobre el ISA han surgido voces críticas que lo consideran potencialmente peligroso, ya que, según las condiciones de la circulación, pueden darse circunstancias de emergencia en las que acelerar sea la opción más aconsejable.
Tras las novedades de la primera fase vendrán otras dos etapas siguiendo un exhaustivo calendario que, por el momento, terminará en 2028 y cambiará el escenario de la circulación en Europa para siempre
La segunda batería de medidas obligatorias de seguridad se desarrollará entre mayo de 2024 y mayo de 2026. Ésta incluye el AEBS con VRU detection, que no es sino un sistema de frenada autónoma de emergencia. En este período también se contemplan la zona de impacto frontal ampliada, que se refiere a la capacidad de absorción en la estructura de la parte delantera del vehículo en caso de colisión, y el sistema avanzado de distracción del conductor, con avances en la conducción autónoma.
La tercera fase, de mayo de 2026 a mayo de 2028, incluye la visión directa, que eliminará los ángulos muertos, y el EDR (Event Data Recorder) que consistiría en una especie de “caja negra” que pudiera desvelar las causas de un accidente para evitar siniestros parecidos en el futuro.
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