La tecnología conocida como Blockchain, nacida en 2009, se está convirtiendo en el nuevo ecosistema de intercambio de datos que va a acelerar la transformación digital de muchos sectores, entre ellos el automovilístico, en los próximos años gracias a su agilidad, veracidad, seguridad y eficiencia.
La definición de esta palabra que se ha colado en nuestro vocabulario es: “sucesión de registros encriptados (de ahí, block, bloque en inglés), cuyo orden no puede alterarse (chain, cadena en inglés), dado que no se guardan en una base de datos al uso, sino en diferentes nodos o usuarios.
Lo relevante y novedoso de este sistema es que cada vez que alguien añada información nueva a la cadena debe ser validada por todos o por un elevado número de usuarios de la red, de modo que resulta imposible alterarla de forma intencionada (un hacker por ejemplo tendría que acceder simultáneamente a millones de ordenadores y eso es imposible).
Por eso, los gurús de la tecnología hablan de ella como uno de los descubrimientos que van a cambiarlo todo. Algo parecido a lo que supuso Internet en su día, con la diferencia de que blockchain no adolece de la falta de fiabilidad de los datos, la escasez de seguridad y la falta de verificación de Internet, y esto hace que para los coches tenga múltiples aplicaciones, tanto si son abiertas, como es el caso de las criptomonedas, como Libra de Facebook, como cerradas (la de los bancos).
Pero, ¿cómo se introduce la información en esta tecnología? Mediante un registro inalterable, garantizado mediante criptografía, que se replica en todos los participantes, de forma estándar, y que es accesible a todos ellos, lo que elimina la necesidad de acuse de recibo y la necesidad de terceros para el intercambio de bienes y servicios.
Los fabricantes de coches ven en la blockchain la mejor fuente de información para su negocio ya que, gracias a las cadenas de datos, pueden estar en contacto con sus proveedores, sabiendo desde dónde y cuándo se han producido las diferentes piezas del automóvil, hasta de dónde proceden sus materias primas, quién las ha facturado, quién, cómo y cuándo se han transportado, las condiciones... En definitiva, la máxima información con el mínimo esfuerzo. Blockchain supone un avance aún mayor que el que está suponiendo el uso de Big Data (tratamiento masivo de datos) en la industria del automóvil.
En el caso, por ejemplo, de comprarse un coche de segunda mano con blockchain, el nuevo propietario podría acceder a todos los datos almacenados en la red, en este caso abierta, y conocer con detalle el historial completo de propietarios y/o reparaciones por las que haya pasado el automóvil que vamos a adquirir.
Honda, Renault, Ford, BMW, Toyota y General Motors, entre otros, han unido sus fuerzas bajo el consorcio MOBI, (Mobility Open Blockchain Iniciative) para hacer de la movilidad inteligente algo más seguro y eficiente además de más barato y accesible para el usuario final. De hecho, el acceso a su cadena de bloques será 100% abierto a todo el mundo.
En MOBI también están fabricantes de piezas (Bosch o ZF), proveedores de servicios de transporte público y peajes... Este consorcio, creado a mediados de 2018, está dando pasos de gigante en el negocio del motor y la movilidad en general y, en los próximos años, se ha marcado varios objetivos concretos como: optimización de las cadenas de suministro, identidad y trazabilidad de vehículos y componentes, tarifas basadas en el uso, comercialización de servicios de transporte colectivos y gestión de datos para vehículos autónomos.
Otros, como Seat por ejemplo, forman parte del consorcio español Alastria (la primera red nacional regulada basada en blockchain del mundo). Su CEO, Alex Puig, asegura que se trata de una red pública permisionada y que “Blockchain tiene el potencial para convertirse en el mayor avance de la historia en la forma en la que compartimos cualquier elemento digital, ya sea un documento, un servicio, una entrada para un espectáculo o dinero”. De hecho 498 empresas, entre las que se encuentran 70 de las más grandes de nuestro país, ya han confiado en Alastria.
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