Puede circular por carretera o alzar el vuelo y evitar los atascos. Es eléctrico y, lo más importante, ya cuenta con los permisos oficiales de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) para realizar pruebas con fines de investigación, desarrollo y exhibición. Es el Model A, el prototipo de coche volador desarrollado por la startup californiana con sede en San Mateo Alef Aeronautics.
Los habitantes de grandes ciudades como Madrid pasan una media de 48 horas al año atrapados en atascos. Un problema que afecta a la salud, la productividad, la convivencia social y, por supuesto, también al medioambiente. Lejos de descender, el número de desplazamientos diarios no deja de aumentar y una de las soluciones más ambiciosas en la que confían los expertos tecnológicos es el coche volador.
El Model A no es el primer intento de hacer realidad la quimera de tantos escritores y creadores de ciencia ficción, pero sí se le puede considerar un caso prometedor de éxito inminente, en el que los responsables ya disponen de las certificaciones y licencias necesarias para llevar a cabo pruebas de vuelo real en los Estados Unidos. Existe un precedente de coche volador eléctrico, el X2, de la compañía china Xpeng, que realizó sin incidentes una demostración de vuelo autorizada en Dubái, durante la edición GITEX Global que tuvo lugar en los Emiratos Árabes Unidos. También la autoridad de aviación civil de Eslovaquia certificó como una aeronave en condiciones de volar de forma segura al AirCar, un biplaza volador de la empresa Klein Vision propulsado por un motor BMW de 160 CV, aunque el fabricante prevé incrementar la potencia real de este vehículo hasta los 300 CV. Más ambicioso en cuanto a prestaciones y autonomía y bautizado como el prototipo anterior está el Aircar, que lleva cuatro motores a reacción de Rolls-Royce que le permitirían alcanzar una velocidad de 750 km/h y una autonomía de 1.200 km.
Volviendo al Model A, nos encontramos ante un vehículo aparentemente más realista que otros a corto plazo, con un tamaño similar a un sedán convencional que lo habilita para circular por carretera y, además, cero emisiones. El objetivo de Alef Aeronautics es comenzar su venta a finales de 2025, a un precio aproximado de 300.000 dólares. Según informaciones de CNN, ya hay 400 compradores que han abonado el depósito para reservar uno de estos coches.
Su sistema de vuelo es parecido al de la mayoría de prototipos existentes, como un dron de gran tamaño con cuatro hélices integradas en las esquinas del chasis. El diseño es obra de Hirash Razaghi, que ha trabajado anteriormente en proyectos para Jaguar Land Rover, Volvo Tracks, Hyundai, Lotus, Infinity y Bugati, entre otros. El resultado es un biplaza fabricado en fibra de carbono, con líneas muy futuristas y un habitáculo de vista panorámica que mantiene su posición mientras el resto de la carrocería bascula para facilitar el vuelo. La velocidad máxima por carretera es de apenas 40 km/h, con una autonomía de unos 176 km.
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