Un estudio propone el uso de levitación magnética para los coches. ¿Funcionará?

Desde que el físico danés Hans Christian Oersted descubriera el electromagnetismo en 1821 hasta hoy, han pasado dos siglos en los que las aplicaciones de este fenómeno no han parado de evolucionar. Desde un simple timbre, un disquete o un teléfono analógico, hasta los trenes de levitación magnética (MagLev), ingenieros e inventores han recurrido al electromagnetismo para lograr que sus proyectos funcionaran.

El transporte es uno de los sectores que más se puede ver favorecido por el desarrollo de esta tecnología. Controlar y manipular con precisión los dos valores que intervienen en los campos magnéticos, distancia y magnitud, es lo que hizo posible que en 2015, el tren japonés Shinkansen alcanzara los 603,5 km/h, batiendo así el récord de velocidad de este tipo de vehículos, establecido 12 años atrás en 580,9 km/h. Ya en 2021, otro tren con una velocidad operativa de hasta 600 km/h realizaba su primer recorrido en la ciudad de Quingdao, China.

Más recientemente, en septiembre de 2022, un grupo de investigadores de la Universidad Southwest Jiaotong de Chengdu, en la provincia china de Sichuan, ha desarrollado un programa de movilidad basado en el mismo principio, pero aplicado a los coches. Para ello, los ingenieros utilizaron automóviles convencionales, a los que incorporaron una matriz de imanes permanentes en los bajos. Por su parte, la carretera escogida para el experimento fue equipada de manera provisional con unos raíles conductores de electricidad a lo largo de unos 8 kilómetros. Durante las pruebas, intervinieron ocho vehículos de los que varios eran eléctricos y la velocidad máxima alcanzada fue de 230 km/h, todo un éxito con resultados muy alentadores para seguir investigando.

De hecho, si la levitación magnética llegara a implementarse de manera general en las carreteras de todo el mundo, se reduciría considerablemente el consumo de combustible en los coches con motores de explosión y también el consumo de energía en los eléctricos, con lo que aumentaría la autonomía de los vehículos y bajarían las emisiones de CO2 provocadas por los desplazamientos en carretera. Esto se debe a la ausencia de resistencia al movimiento por el rozamiento de los neumáticos sobre el pavimento. Por este mismo motivo, la vida útil de muchas piezas mecánicas que intervienen, por ejemplo, en la suspensión, se alargaría.

Junto a los coches de hidrógeno y a los eléctricos, China considera que la tecnología de levitación magnética aplicada al automóvil puede suponer una de las opciones más sólidas para reemplazar al motor de combustión como solución sostenible de movilidad.

Además del coche MagLev, ha habido muchos otros proyectos de “coches sin ruedas” que aportan soluciones más o menos realistas al transporte de personas y mercancías, como el UberAir o Elevate, el “walking car” de Hyundai, cuya peculiaridad es que en lugar de ruedas tiene cuatro patas y está pensado para llegar a lugares poco accesibles en labores de rescate.

Lo cierto es que, ya sea por levitación magnética o por cualquier otro sistema, la imaginación y la ciencia cada vez están más cerca de alcanzar el sueño de desplazarnos sin tocar el suelo, tanto en las ciudades como en los trayectos interurbanos.