Elon Musk, CEO de Tesla, famoso por fabricar desde coches hasta cohetes o satélites, tiene un nuevo y revolucionario “juguete”: un chip cerebral capaz de leer la mente y que acaba de probarse con éxito en el cerebro de un mono. Los asombrosos resultados los ha compartido con el mundo a través de sus redes sociales.
El 9 de abril de 2021, el archimillonario mostraba en sus redes sociales y en un vídeo de YouTube a un mono macaco jugando a un videojuego: el mismo Musk explicaba en un tuit que “el mono está literalmente jugando a un videojuego telepáticamente usando un chip cerebral”.
En el vídeo, de tres minutos y medio de duración, se ve como el mono, de 9 años y de nombre Pager, juega a una versión del clásico videojuego Pong. En la pieza, el macaco mueve un cursor en una pantalla con actividad neuronal. Y cada vez que acierta recibe, como compensación, un batido de plátano que le es suministrado a través de una pajita.
Esto se ha logrado implantando un chip en la región del córtex motora del cerebro del mono que coordina el movimiento de la mano y el brazo. El dispositivo de transmisión de datos y grabación neuronal de 1.024 electrodos, conectados a hilos flexibles y más finos que un pelo humano, ha sido creado por la propia compañía y es del tamaño de una moneda de unos 8 milímetros de diámetro.
Esta startup de neurociencia, creada por el empresario sudafricano, se llama Neuralink, y es el primer paso hacia el objetivo de devolver a las personas con parálisis su libertad digital: comunicarse más fácilmente a través de ordenadores, escribir correos electrónicos, navegar por la web, expresar su creatividad a través de la fotografía, usar los teléfonos móviles con facilidad y también poder jugar a los videojuegos, simplemente pensando en cómo quieren que se mueva el cursor. En definitiva, Neuralink podría ayudar a mejorar la vida de las personas con trastornos neurológicos y otras discapacidades.
El empresario mostró, durante la presentación, el robot con el que la compañía introduce esos hilos en las áreas del cerebro con un robot y que son los responsables de las funciones motoras y sensoriales mientras el receptor está bajo anestesia local y declaró que: “A corto plazo Neuralink puede resolver lesiones cerebrales y espinales y a largo plazo conseguir una fusión entre las personas y la inteligencia artificial (IA), en parte para evitar un escenario en el que la IA se convierta en algo tan poderoso que destruya a la raza humana”.
Elon Musk describió el sensor de Neuralink, como un “Fitbit en tu cráneo con pequeños cables”. Cabe recordar que hace ya más de un año, el propio Musk aseguraba que “Neuralink no va a apoderarse de los cerebros de las personas, simplemente se quiere lograr una simbiosis con la Inteligencia Artificial”.
Tras el éxito, el CEO de Tesla afirmó que: “creemos que Neuralink tiene capacidad potencial para poder conducir un automóvil Tesla con el pensamiento, guardar y reproducir recuerdos o hacer caminar de nuevo a personas con daños en la médula espinal. Es lo que yo llamo abrir la puerta a la cognición súper humana”.
Los planes de la compañía con sede en San Francisco van más allá y cuentan con la implantación de chips en humanos a finales de 2021. “Neuralink está trabajando muy duro para garantizar la seguridad de los implantes y está en estrecha comunicación con la FDA. Si las cosas van bien, podríamos hacer pruebas iniciales en humanos a finales de este año”, confirmó Musk.
Y ante estas palabras “mayores” hay opiniones encontradas. Por un lado, neurólogos como Sergey Stavisky de la Universidad de Stanford, considera que la firma ha conseguido un “progreso significativo y admirable” desde la presentación de hace un año y evidencia los beneficios de tener un equipo multidisciplinar trabajando en este objetivo. En esa misma línea, la profesora adjunta de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de Pittsburgh Jennifer Collinger describió el proyecto de Musk como “una tecnología verdaderamente revolucionaria en el difícil espacio de la tecnología médica”.
Pero otros expertos ajenos a la empresa han pedido cautela, considerando que, a pesar de que los avances de Musk son dignos de alabanza, se necesitan estudios de mayor duración para determinar la durabilidad del aparato y sus consecuencias. Y que el desarrollo de dispositivos médicos lleva tiempo y la seguridad necesita ser una de las principales prioridades, por lo que consideran que el proceso de implantación de chips en humanos puede llevar más tiempo del que se ha establecido como objetivo.
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