DAL-e cuenta con funciones de procesamiento del lenguaje, reconocimiento facial y movilidad automatizada para ofrecer servicios completos en condiciones de Covid-19.
Se llama DAL-e, mide 116x60x60 cm y pesa 80 kg. Es la novedad presentada por Hyundai tras la reciente adquisición por parte de esta compañía surcoreana de la estadounidense Boston Dynamics, especializada en robótica.
El robot, que ya está funcionando en el Hyundai Motor Showroom de Seúl en fase de pruebas, está diseñado para desempeñar servicios de atención al cliente de manera presencial. Sus creadores esperan poder aplicarlo en diferentes contextos en los que sea necesaria la interacción con seres humanos, como otras demostraciones de Hyundai Motor Company y Kia Corporation.
No es la primera vez que se utilizan robots con aspecto humanoide en eventos. De hecho, existen empresas que alquilan para este fin los llamados robots sociales o robots anfitriones, como el Grupo ADD, o precedentes más mediáticos como Josie Pepper, el androide del aeropuerto de Munich, presentado por Softbank Robotics en 2014.
Lo que distingue a DAL-e de proyectos similares más antiguos es su capacidad para interactuar eficazmente con clientes sin la asistencia de ningún empleado. La inteligencia artificial aplicada a este tipo de dispositivos evoluciona día a día y aspectos como el reconocimiento facial, el movimiento o el uso del lenguaje, son cada vez más complejos y, por tanto, más útiles.
Así, el sistema de comunicación automática de DAL-e se basa en una plataforma de comprensión del lenguaje que lo convierte en un conversador prácticamente autónomo, con capacidad para mantener un diálogo fluido, aportar información relevante, responder a preguntas y resolver dudas. Además, DAL-e puede detectar si alguien no lleva la mascarilla puesta y recordarle la obligatoriedad de su uso.
Además, DAL-e puede detectar si alguien no lleva la mascarilla puesta y recordarle la obligatoriedad de su uso.
En cuanto a sus posibilidades de desplazamiento, cuenta con cuatro patas inferiores dotadas de ruedas omnidireccionales, por lo que también es capaz de acompañar a alguien a un determinado lugar de las instalaciones. Los brazos son dinámicos para que, junto con el diseño de sus rasgos faciales “amables y emotivos”, la comunicación sea lo más natural posible. Encima de la pantalla que tiene en la cabeza, en la que se muestran sus ojos, dispone de otro monitor que puede funcionar como panel de información. En el pecho tiene una tercera pantalla con efectos visuales que se activan cuando el robot habla.
Desde la compañía aseguran que el robot será actualizado una vez analizados los datos obtenidos tras esta fase de prueba. El objetivo es que su funcionamiento se vaya perfeccionando a medida que se utilice.
El éxito de este tipo de robots se hace más patente en circunstancias excepcionales como la situación actual, derivada de la pandemia, en la que muchos clientes prefieren no ser atendidos por personas por miedo al contagio. En este sentido, ya se han llevado a cabo experiencias relacionadas con el coronavirus en hospitales de Hungría, para la recepción de pacientes; o en supermercados de Alemania, para vigilar el correcto uso de la mascarilla. En Tokio, se han utilizado para recibir y acompañar a pacientes que cumplían cuarentena en hoteles de la ciudad.
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