Nuevos dispositivos y wereables proponen una evolución del smartphone: sin pantallas, ligeros y discretos…
Teniendo en cuenta el ritmo al que se desarrolla la tecnología, es difícil predecir cómo serán los móviles, no dentro de diez, quince o veinte años, sino dentro de cinco. Además, el mercado cada vez está más segmentado por tipologías de consumidores con preferencias, gustos y bolsillos diferentes. Unos priorizan el potencial multimedia y audiovisual, con pantallas grandes y mayor densidad de píxeles, mientras otros prestan atención a la capacidad del procesador, la conectividad, etc.
Por otro lado, las ventas de smartphones a nivel mundial han caído en el tercer trimestre de 2023 un 8% con respecto al año anterior, y ya es el noveno trimestre consecutivo de descenso. Esto refleja un ligero desencanto por parte de los usuarios, que ya no nos sorprendemos tan fácilmente por las innovaciones de una generación de móviles a la siguiente. También se pone de manifiesto una mayor conciencia ecológica que apuesta por aumentar la vida útil de los dispositivos y su reparación.
Dicho esto, pocos expertos se mojan a la hora de describir un futuro con un tipo u otro de smartphone victorioso. Los plegables evolucionan para cubrir un nicho concreto, aunque seguirán siendo más caros y voluminosos debido a sus sistemas mecánicos. Una alternativa a los smartphones habituales son los audífonos, opción adecuada para quienes prefieren los comandos por voz y que son, además, discretos y ligeros. Y, como wereables, surgen los anillos inteligentes, que complementan funcionalidades habituales como el pago digital, la verificación del usuario o el control remoto del dispositivo principal.
Recientemente, en Estados Unidos se ha presentado un dispositivo (AI Pin) que abre las puertas a un nuevo diseño en este tipo de productos: un móvil sin pantalla, de tamaño poco mayor a una onza de chocolate, que se puede llevar en la ropa como si fuera un pin. El dispositivo lleva una pequeña cámara y puede proyectar información visual en la palma de la mano. Su potencial está en una completa interactividad impulsada por la Inteligencia Artificial.
El nuevo dispositivo, del tamaño de una onza de chocolate, se puede llevar en la ropa como si fuera un pin.
También hay opiniones encontradas respecto al auge o declive del metaverso o la realidad aumentada, que conlleva el uso de visores o gafas de realidad virtual. Lo que para algunos es el futuro, para otros es un gadget engorroso al que no nos acostumbraremos.
En lo que sí hay mucha coincidencia es en el hecho de que vamos a seguir llevando smartphone durante mucho tiempo. Más grande o más pequeño, con o sin pantalla, a través de periféricos conectados como relojes y audífonos o llevando el dispositivo encima. También parece un hecho que los móviles que vengan llevarán funcionalidades adaptadas a las nuevas necesidades, como la capacidad de detectar qué material ha sido generado por inteligencia artificial.
Otro punto de encuentro que comparten los expertos es que la comunicación va más por los mensajes de audio que por las conversaciones telefónicas. Así, las herramientas de mensajería instantánea seguirán ocupando un lugar destacado en la innovación, sobre todo en lo concerniente a la comunicación comercial, profesional y de negocios.
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