¿Cómo se mueven los precios?
- 06 mayo, 2021
La inflación se ha convertido en uno de los indicadores económicos protagonistas de los corrillos financieros este año. Las previsiones del consenso del mercado apuntan a que en Estados Unidos los precios subirán, sobre todo en abril y mayo, y que incluso podrían alcanzar la cota del 4,1%. En Europa, por su parte, se espera un pico de inflación del 2,5%.
Este indicador preocupa hoy a gestores y expertos ya que puede tener implicaciones también sobre los tipos de interés y, en consecuencia, sobre la evolución de los activos financieros, tanto de renta fija como de renta variable.
Dada la importancia de este indicador, incluimos hoy un breve análisis explicativo sobre cómo se mueven los precios y que ha marcado su comportamiento en los últimos años.
Expertos y gestores siguen de cerca este indicador ya que puede tener implicaciones sobre los tipos de interés y, en consecuencia, sobre la evolución de los activos financieros
Por una parte, están las fuerzas que han contenido los precios desde hace muchos años: el anclaje de las expectativas de inflación por parte de los bancos centrales, una escasez de empleos de calidad que debilita la capacidad de negociación de los empleados y el efecto deflacionista de la tecnología. Además, el sector servicios ha ganado mucho peso en la fuerza salarial en los países desarrollados y parece menos sensible a brotes de inflación.
Pero, por otra parte, tenemos factores que sí apoyan a los precios, algunos tan innegables como temporales: el efecto base (en primavera de 2020 los precios de las materias primas se desplomaron) y la disrupción de las cadenas de suministro (contenedores, semiconductores, cobre, madera, aluminio…) que ya está afectando a varias industrias; ambos argumentos deberían llevar a que la subida de la inflación de primavera sea temporal.
La inflación se ha convertido en uno de los indicadores económicos protagonistas del añoPero hay otros aspectos que podrían ser más estructurales: por una parte, que los bancos centrales esta vez sí quieren generar inflación, los grandes planes de inversión fiscal (que tradicionalmente han provocado inflación) y una política monetaria extremadamente procíclica.
La historia nos ha demostrado que la inflación tiende a ser “pegajosa” y que, cuando por cualquier motivo exógeno los precios repuntan, las reivindicaciones sindicales tienden a fijar los salarios al alza. La deflación salarial provocada por la revolución tecnológica sería un contraargumento, pero debemos recordar que la aparición del ferrocarril y de la luz eléctrica fueron también muy deflacionistas, y los precios acabaron subiendo de nuevo.